Fueron al centro de diversión de la plaza y pasaron un buen rato. La chica no sabía si él había accedido por lastima o por qué razón... pero se había comportado de una manera poco esperada en alguien de su facha. Decía cosas estúpidas incluso para la edad de Lenore y había llegado a pelearse con el juego de boxeo.
Se llamaba Neil, 23 años, guitarrista en un grupo reconocido en los antros... o al menos eso le había dicho. El solo recordar su sonrisa boba debajo de aquel cabello pelirrojo y rebelde provoco que se sonrojara y sintiera mariposas en el estomago. Sin embargo, no volveria a pasar; solo se despidieron, demostrando que él había pasado la tarde con ella solo por lastima.
La campana de salida, risas y el solitario camino a casa... Louise no le creyo y por supuesto que no le diria a nadie más. Mientras pasaba por una pequeña calle se detuvo de golpe y volvio en sus pasos, poniendo atención a un letrero en particular en la pared: "Wind schwarz" en concierto esta noche, en uno de los antros mas cotisados de Berlín.
¡No le había mentido! Ahí estaba él, en segundo plano con una guitarra roja... La joven no pudo evitar sonreir y apresurar el paso a su casa. Su madre fungia los dos papeles paternales desde que su padre las abandonara hace 13 años. Trabajaba por las mañanas y la noche, apenas viendo a su única hija cuando llegaba de la escuela.
- ¡Má! ¿Puedo ir a una fiesta esta noche?
Ni siquiera había terminado de entrar del todo bien cuando lanzó su pregunta a aquella figura delgada y cansada, que a duras penas se abotonaba su uniforme de mesera:
- ¿Fiesta? ¿En dónde?
Lenore no era buena inventando excusas, ya que generalmente no las usaba. Pero esa vez en realidad tenia ganas de verlo de nuevo y su madre no tenia razones para dudar de ella; nunca había hecho alguna locura o demostrado conductas inapropiadas.
Nunca había ido a un antro... ni siquiera sabia como eran o qué eran. Se vistio con una blusa blanca de botones al frente, falda negra a las rodillas, botines negros y sobre todo un saco rojo de algodón con grandes botones. Vestía mas para una cena familiar que para algo como lo que estaba por enfrentar. ¿Cómo es que lo iba a saber?
La noche callo sobre Berlín y animó todas las almas nocturnas.
Llegó facilmente en un taxi. Al verse rodeada de individuos de lo más extraño deseo volver a casa. Poca ropa, cabellos puntiagudos, colores oscuros, maquillaje extravagante, mujeres que en realidad eran hombres y chicas besando a otras chicas. ¿Era aquí?... Nunca se imagino un ambiente tan pesado y oscuro, así como las miradas de curiosidad que caian en ella.
No podia evitar ser, después de todo, una niña. Comenzó a caminar a un lado del antro, evitando las miradas y escondiendo sus ojos debajo de su cabello. Se detuvo en un pequeño callejón que era cubierto por una camión que al parecer descargaba cosas para el negocio. Se recargo en la pared, adentrandose un poco junto con el camión, y suspiro. Tenía que volver a casa...
- ¡Neil! ¿Qué carajos haces? ¡Ya pronto empezaremos!
Dio un respingo al escuchar ese nombre y se asomo al callejón para encontrarse por una puerta abierta, dos hombres entrando rapidamente mientras ayudan con una enorme bateria. Las sombras envuelven la profundidad del calejón pero... ella solo pregunaria por él, nada más.
Con pasos inseguros se adentro en la zona de descarga, apretando sus manos una con la otra frente a su vientre, torturando su dedo indice en el nerviosismo. Se detuvo frente a la puerta y se dispuso a llamar la atención de quien fuera; apenas había abierto la boca cuando lo vio...
Atrás de la puerta abierta, escondidos entre las sombras del callejón había dos personas. Una mujer vestida de forma extravagante estaba inclinada frente a un hombre alto, entretenida en darle placer. Lenore se llevo la mano a la boca y subio la mirada para encontrarse con la pequeña luz del cigarro alumbrando el rostro de Neil, que ni siquiera se percataba de su presencia.
- ¡Oye tú! ¡¿Qué haces aqui?!
Simplemente dio la media vuelta y comenzó a correr fuera del callejón. Aquel hombre, el de seguridad, la tomo duramente del brazo, deteniendo su carrera de manera poco sutil.
- ¡¡Dejame ir!! - gritó ella mientras las lagrimas surcaban su rostro
- ¡¿Lenore?! - Neil empujó a la mujer y acomodándose salio para encarar a la chica y el guardia. - ¡Oye tú, dejala en paz!
- ¿La conoces?... ¡bah! - Opto por soltarla y volver a sus labores.
La mujer se levanto enojada y maldiciendo a Neil, se marcho mirando de manera descpectiva a la niña del saco rojo.
- ¡¿Qué haces aquí?! - preguntó Neil tomandola del hombro y agitandola un poco.
Lenore se quedo ahí, sosteniendo su brazo lastimado, cabizbaja y desilusionada...
2 comentarios:
desilusionada??, por que desilusionada si e slo que queria no?, fue de calenturienta para encontrarse con NEIL.... ains la verdad no entiend... susana ya siguele la segund aparte no?.
p.d. tuve un dejavu.. asi de, entro al callejon y de reponto aparecio el inquisidor MAYITO jajajaja
Interesante, lástima que no sea mi tpo de historia jajaja, pero terminé de leerla, como sea sería bueno que le des una vista a la ortografía.
Saludos.
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