La mediana y el elfo pelearon con fiereza, con un poco de ayuda del lobo del druida pudieron vencer a dos de las gárgolas que ellos veían; sin embargo detrás de ellos nuevas sombras se aproximan… una gárgola desde la entrada y dos misteriosas sombras antropomorfas.
Los guerreros, ahora conscientes de los nuevos peligros, se preparan. Pero de pronto, un resplandor rojizo sale disparado con fuerza desde las escaleras izquierdas, una flecha mágica envuelta en fuego atraviesa letalmente a la gárgola haciendo que caiga y dejándola prácticamente fuera de combate. De las escaleras surge el ranger con su carismática sonrisa y el hechicero, siempre atrás del humano. Habían oído el chillido de las gárgolas y habían bajado de prisa a ver que sucedía, pero el astuto humano prefirió preparar fuego y atacar con precisión que lanzarse a la batalla sin estar preparado.
Las sombras de una manera extraña a veces esquivan simplemente volviéndose incorpóreas y otras veces reciben los golpes, doliéndose. Un gran estruendo y piedra cae repentinamente en el gran salón, la ladrona apenas si logra hacerse hacia atrás esquivando al guerrero que callo del piso de arriba, al parecer por haber pisado donde no debía. Con una sonrisa apenada se levanta de golpe y saca su reluciente espada, listo para el combate.
Una sombra, cansada alcanza golpear al ranger, tomándolo del brazo; como si de súbito le hubieran quitado algo el humano se pone pálido y se agacha un poco, tomando su pecho, de un salto se aleja de la sombra y logra mantenerse en pie. “Mi fuerza…” susurra para si; rápidamente saca de su mochila una botella pequeña con un liquido verde de extraña naturaleza, el ranger convencido de lo que hace lo lanza sobre la sombra, sin embargo, el enemigo había robado parte de la fuerza del humano la cual usa para quitarse del medio. La botella cae al suelo y rompiéndose deja libre la extraña mezcla la cual hace un agujero en el suelo de gran tamaño.
El guerrero lanza un alarido mientras su contrincante le roba también algo de su fuerza, enojado y aun con más fuerza que todos los ahí reunidos lanza una estocada frontal de una manera brutal, con todos sus músculos. La sombra logra hacerse etérea y la espada se rompe en dos al chocar con la pared, sin importarle en lo absoluto vuelve a arremeter con un golpe lateral, clavando lo que queda de la espada en el cuerpo de la sombra, la cual chilla y se desaparece como un humo espeso.
El hechicero lanza un magic misil a la gárgola que esta en el suelo, tratando de levantar el vuelo y huir, sin embargo sucumbe ante la fuerza de la magia del pequeño. La mediana guarda su arco y tomando una pequeña daga se lanza hacia la espalda de la sombra que queda, tomándola por sorpresa deja su daga clavada en ella mientras da un salto hacia atrás. El ranger aun más curioso toma una botella con líquido negro y la lanza a su enemigo. La sombra recibe de lleno la poción… y se divide en dos… todos voltean a ver al ranger con cara de disgusto mientras deducen que ¡no sabe que cosas hace cada poción!
La ladrona cansada decide por terminar rápido todo esto, toma una varita mágica que alguna vez robo de un gran mago y dispara una bola de fuego directo a las dos sombras, deshaciéndolas por completo.
- Vaya - dice el hechicero sacudiéndose las cenizas de la ropa.
- Me estaba cansando - dice ella guardando la varita en sus ropajes.
- Eso fue peligroso, ¿de dónde salieron? – pregunta el guerrero tirando al suelo el mango inservible de su espada.
- Pues… - El elfo ve a la ladrona con una mirada acusadora.
- ¡No lo sabemos! Solo estábamos revisando el trono y salieron de la nada.
- ¡Claro! El trono debe tener algo – dice el ranger mientras se acerca a inspeccionar el trono
- Mmmp… - El elfo mira de reojo a la mediana y se aleja con los demás que van al área del trono.
Después de unos cuantos minutos curioseando por aquí y por allá encuentran una parte que puede quitarse por atrás del trono, una losa sobrepuesta que les invita a retirarla. Mientras que el humano toma otra de sus pociones extrañas de colores… una blanca, curioso la prueba en una rata partida a la mitad que se encuentra en el suelo, algo extraordinario pasa a los ojos del humano, la rata se regenera y sale huyendo a las sombras. “Woow…” (¿De dónde saco esas pociones? ¬¬, todos nos los preguntamos) Los hombres juntos jalan hacia atrás logrando quitar la losa, del otro lado unas escaleras que descienden, estrechas y húmedas presentan un sitio poco iluminado que baja y baja.
Todos deciden bajar y así lo hacen, llegan a una gran sala, fría y mohosa. Una luz proveniente de una pequeña piedra que el hechicero encendió es todo lo que alumbra en el sitio. Temerosos de lo que hay más allá lanzan la piedra hacia el frente y logran ver algo grande y horrible. Un golem de cadenas les observa y corre hacia ellos, con un sonido metálico sobre piedra, estruendoso y desesperante logra que todos nuestros valientes aventureros… salgan corriendo del sitio, gritando como niñas. Logran salir a tiempo y poner la losa para que el golem no salga.
- Sugiero irnos de aquí… - dice el hechicero mientras toca su corazón.
- ¡Vamos! Ya pudimos escapar de ese golem, no creo que haya algo peor – sugiere la ladrona.
- ¿Qué tratas de decirnos? – pregunta el elfo con su acostumbrada cara de arrogancia.
- Podemos seguir viendo el castillo… puede que haya algo interesante.
- No se, este lugar cada vez se pone más raro, por ejemplo las pociones que encontré arriba…
- ¡Aja! Vi como dividió una sombra en dos, ¡¿No sabias que eran y aun así las probaste?! – pregunta el guerrero dando un paso hacia delante.
- Emm… ¡al menos fue en uno de esos y no en ustedes!
- ¡¿Queee?!
- Calma, calma, les mostrare donde las tome, había muchísimas más, vengan.
- Nadie ha dicho que quiera alguna… T.T – Dice el guerrero resignado cuando los demás siguen al ranger por las escaleras izquierdas.ç
Continuará...
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